El poderoso lenguaje Noé en una estupenda muestra

Fecha: 2012

Autor: Laura Feinsilber

Medio: Ámbito

Link: El poderoso lenguaje Noé en una estupenda muestra

Exposición: Noé: visiones/revisiones

Con motivo de «Noé: visiones/revisiones», muestra que se exhibe en las salas de MUNTREF, se han reunido 32 obras de gran tamaño-acrílico, óleo, tinta sobre papel, lápiz, madera- centradas en trabajos de la última década en diálogo con las realizadas en otros períodos, de allí su título.

¿Qué se puede agregar a un historial tan vasto como el de Luis Felipe Noé, tan comprometido con su tiempo, tan rico en propuestas, su constante presencia, premios, su generosidad hacia otros artistas, su permanente cuestionamiento e investigación, su rechazo a todo encasillamiento y convencionalismo?

La palabra revisión encaja durante nuestra visita a la muestra. Algo nos sucede con su obra, que hemos comentado en muchas oportunidades. Cada vez que nos enfrentamos a su quehacer es como si lo viéramos por primera vez pero, además, la revisión nos permite el descubrimiento de pinceladas, efectos, colores, imágenes escondidas, profundos contenidos.

En ocasión de la muestra de 2008 «Noemas y Noesis», nos preguntamos cómo haría este artista para superarse a sí mismo en futuras presentaciones. Desde entonces no ha hecho otra cosa que brindarnos su lenguaje Noé que puede traducirse como fuerzas en constante expansión, exaltación del color, relatos reflexivos. Además del lenguaje está el pensamiento Noé que completa su visión.

Con un muy buen criterio didáctico, algunos pueden leerse durante el recorrido, por ejemplo: «...cuando pienso en el mundo, pinto y cuando pienso en la pintura, escribo», o «el dibujo es la mano y es la huella, es como la impresión digital de alguien. Por más representativo, por más voluntariamente fiel al objeto que uno pueda querer ser, el dibujo de uno es el dibujo de uno, de ese uno que está dibujando y de ningún otro. Hay maneras distintas de hablar. Cada uno respira de manera distinta».

Cada integrante del grupo curatorial pone énfasis en señalar que fue en diálogo con el artista la manera como se estableció este proyecto expositivo. Diana Wechsler señala que «no se trata de una mirada retrospectiva ni una selección a modo de compendio o miscelánea. No hay un orden temporal y la clave es el montaje en el que cada pieza se sitúa con otra transgrediendo el orden del tiempo».

Eduardo Stupía, artista con el que Noé ha realizado obras conjuntas, creadores del Espacio «La Línea Piensa», del Centro Borges, se refiere a «su poderosa obra de hoy la que configura, eleva y da sentido a sus 79 años. Noé no está amortizado por la impunidad de la edad, ni por su celebridad ni por sus gigantescos logros».

En cuanto a Cecilia Yvanchevich, recorre distintas etapas, los distintos Noé, su rechazo a quedar encasillado en esa ruptura que significó «Otra Figuración», su desafío permanente, su teoría del Caos, que elaboró en el libro «Antiestética», publicado en 1965. Noé aborda filosóficamente, en su obra visual, esa consecuencia del caos paradójicamente para encontrar, si no un orden, una lógica.

Al entrar a la sala principal encontramos una obra paradigmática de 1965 que se ha recreado recientemente: «El Ser Nacional». Nada podría definirnos mejor que ese caótico conjunto de marcos, cuadros, lienzos en madera, óleo, esmalte. «Esto no tiene nombre», acrílico sobre tela de 1976, fecha siniestra y significativa de nuestra historia y «De qué se trata» (2006), tinta y acrílico sobre papel, yeso, en caja con espejos, constituyen un claro ejemplo de ese tipo de trabajo que debe leerse minuciosamente.

Son notables «Retrato de Familia» (1987) y «¿Adonde Vamos?» (1964) en los que trastoca la estructura convencional. Y así podríamos seguir hasta llegar a «Wittgenstein, éste es el caso» (2000), tinta sobre papel, en el que anota en una suerte de pizarrón, problemas existenciales, dedicándole al filósofo sus propios pensamientos, dudas y preguntas.

El excelente catálogo con textos de los curadores trae también «Exceso de Objeto»-Eso que llamamos caos» una serie de escritos del artista en los que revisita y revisa sus teorías.

Los que lo conocemos, volvemos a admirar la extraordinaria libertad interna que le ha permitido no quedar atrapado en ninguna etapa de su desarrollo artístico. Para los que se acercan por primera vez, como es el caso de la mayoría de los estudiantes de la UNTREF y su zona de influencia, creemos que es su poder de comunicación lo que hace que su obra nunca deje indiferente al espectador.

 

 

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