El regreso al futuro de Luis Felipe Noé

Fecha: 2017

Autor: Eduardo Villar

Medio: Revista Ñ, Clarín

Link: El regreso al futuro de Luis Felipe Noé

Exposición: Noé. Mirada prospectiva.

Muchos recordarán la alegría de Luis Felipe Noé la noche de julio pasado cuando se inauguró en un Museo Nacional de Bellas Artes colmado de público su muestra Mirada prospectiva, que ya desde el título anunciaba una actitud vital vinculada con el futuro y el impulso creador de esta figura fundamental en el panorama del arte argentino que este año cumplió 84. El fin de semana pasado la escena se repitió en el Museo Franklin Rawson de San Juan que dirige Virgina Agote, donde abrió con la misma felicidad, rodeado de colegas, amigos, asistentes y un público local entusiasta una versión reducida de la muestra, curada –como en Buenos Aires– por Cecilia Ivanchevich. Se trata de una selección de 21 obras clave de aquellas 120 que integraban la exhibición en el MNBA, desplegada ahora en la Sala 1 del museo sanjuanino.

Un rato antes de la apertura formal, Noé e Ivanchevich se alternaron en las explicaciones de lo que teníamos frente a la mirada durante un recorrido guiado para un público que se dejaba llevar escuchándolos con avidez y en absoluto silencio. Mientras tanto, en la Sala 2, en la planta alta del museo, Zulema Maza hacía su propia visita guiada por su muestra Tres Fronteras. Observando de cerca. Los dos grupos intercambiaron luego lugares para hacer cada uno su segundo recorrido.

Noé arrancó frente a las obras que ocupan el primer y último lugar en el recorrido: la pintura “Invitación al infierno”, de 1961 –cargada según el mismo Noé de un romanticismo que rápidamente abandonaría– y la gran instalación “Entreveros” –su trabajo más reciente, de 2017, realizado especialmente para esta exposición– con su tema recurrente y central en su obra.

“El caos, la historia del caos –dijo–, existe desde mucho antes que nosotros y nuestras vidas. Es la vida misma en todo su devenir de cambios y entrecruzamientos. Es posible hacer precisiones mucho más sofisticadas, pero por ahora quiero expresar que, para mí, caos no es desorden. Orden y desorden son para mí elementos estáticos. El caos es lo que deviene permanentemente. Ahora bien: en un arte estático, como es la pintura, es difícil asumir algo que está asociado al tiempo. Pero para mí ese es el desafío. Son como fotos de instantes de todo lo que se mueve, de lo que voy encarando a través de distintas épocas. Yo no creo, como dicen muchos profesores, en el orden de la composición. Creo que uno trata de estructurar algo que siente, que uno en el quehacer artístico lo va estructurando. Yo he ido encarando el tema de distintas maneras: primero el plano dividido, y luego instalaciones y luego...” Cuando Noé advierte que lo ha ganado el entusiasmo, se interrumpe, hace un chiste sobre sí mismo y cede la palabra a Ivanchevich.

 

 

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