La propuesta se compone de dos búsquedas que trabajan en contrapunto y sintonía, una de acuarelas y otra de tintas, para armar instalaciones de sitio específico.
Mis acuarelas nacen en el momento de ocio, que utilizo para ejercitarme y evocar mis épocas de estudio. Me interesa la observación del entorno -paisajes, arquitecturas, interiores y formas convergentes- que se convierten en planos de aguadas en el papel.
En cambio, las tintas surgen de un proceso de geometrizar y abstractizar el espacio. Las líneas de fuerza que aparecen en las acuarelas, se sintetizan en líneas de tensión. En el cruce de líneas surgen formas que proponen relaciones no evidentes. De ahí que la serie de color en contraste con la rigurosidad de la serie de las tintas ofrecen un juego de tensiones y atracciones. Busco acercarme a un juego interno entre estas supuestas polaridades complementarias.
El trabajo con el pequeño formato, la acuarela, la tinta, la pluma, los elementos a la mano, el tablero de dibujo, la luz por la ventana, generan una cercanía que se vuelve íntima, casi a modo de diario. Este proceso me permite avanzar hacia situaciones más instalativas que sumergen al espectador en el espacio intervenido, yendo del detalle a la gran escala. De esta forma, propongo un juego de opuestos y ambigüedades que caracterizan mi obra.
